Un pensamiento en “Unidos por la dislexia

  1. Tengo dos hijos con dislexia. A uno le trataban de vago, de perezoso y q no tenía ningún interés por aprender a leer. Lo cambié a otro colegio, este privado, porque uno de sus profesores, conocido, dijo q creía q tenía dislexia y en ese colegio lo trataban.
    La otra hija repetía el patrón (perezosa, sin interés, torpe en los juegos) comenté que le pasaba lo mismo que a su hermano. La respuesta fue que hasta los 6 años era imposible saberlo. Total, que las castigaban sin recreos y salía más tarde, hasta q acababa la tarea. Sufrió el desprecio de sus compañeros y de sus profesores. Aunque la llevé por privado a un centro de psicología para q la ayudarán, acabó fracasando en el colegio. Repetía y repetía curso, con lo que el desprecio se multiplicaba, hasta q llegó a intentar suicidarse.
    Es de vergüenza que no haya ningún sistema educativo que se ocupe de tratar estos casos. Los primeros que sufren, y mucho, son los que la padecen.

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